Leyenda del Monte Ararat
"150 días más tarde, el agua bajó y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, en el Monte Ararat”
~ Biblia, Génesis 8:4
Desde la antigüedad, las leyendas del Monte Ararat han ejercido una influencia misteriosa en los armenios.
Por mucho tiempo, la montaña ha sido honrada y adorada y se cree que alberga las almas de aquellos valientes individuos que la protegieron de invasiones enemigas. Debido a la significancia religiosa del Monte Ararat, por siglos, los armenios estaban convencidos de que era sagrada y los simples mortales no podían escalar su cima.
De acuerdo con una leyenda local, San Jacobo intentó tres veces ascender a la cima de la montaña, para adorar el Arca de Noé, la cual, según los teólogos, ancló en la cima del Monte Ararat luego de la inundación. Sin embargo, cada vez que lo intentaba se quedaba dormido en el camino y al despertase, se encontraba nuevamente en la base del volcán. Tras el tercer intento, un ángel apareció y le dijo que estaba estrictamente prohibido para los mortales subir al Monte Ararat. Por este motivo, no es de sorprender que cuando el explorador inglés James Bryce dijo que había conquistado su cima en 1876, muchos armenios no le creyeron.
El arca es un tema común de la iconografía judía y ortodoxa, y dónde se encuentra ha capturado el interés de los cristianos en todo el mundo. En 1916, un oficial ruso llamado Roskovitsky, supuestamente descubrió el Arca de Noé congelada en los glaciares, en la cima de la montaña, pero desafortunadamente, no hay evidencia que verifique esto. En los años 1970, un grupo de americanos tomó fotografías detalladas del volcán. Tras agrandar las fotos, en una de las gargantas, puede verse un objeto parecido al Arca de Noé; no obstante, en un seguimiento de las expediciones, el objeto en sí nunca fue descubierto.
De acuerdo con una de las leyendas folclóricas armenias del Monte Ararat, un héroe local llamado Artavazd todavía se encuentra encadenado al monte por espíritus malignos. Algunos armenios creen que un día escapará de su prisión y conquistará el mundo, momento en el cuál, también regresará el adorado Monte Ararat a Armenia y su gente.