Pascua en Armenia
Marzo - Abril
Para un país con una larga historia de cristianismo como Armenia, puede resultar una sorpresa que ninguno de los días que precede la Pascua sean considerados como feriados públicos armenios. Sin embargo, este significativo festejo es contado como uno de los más esenciales de Armenia y merece una mención.
Como en otros países cristianos, la Pascua en Armenia es precedida por 40 días de Cuaresma y Semana Santa. Dado a que el cumplimiento de este festejo está basado en el calendario lunar, la fecha de esta celebración cambia cada año.
En la noche del Domingo sagrado, los armenios se reúnen en iglesias para rezar y encender velas. Los armenios cristianos que siguen la tradición, la heredaron del calendario hebreo, donde un nuevo día comienza tras la caída del sol cerca de la medianoche. Por lo tanto, cuando oscurece, la vigilia de Pascua comienza anunciando la celebración de la resurrección de Jesucristo. La vigilia está marcada con parroquianos llevándose a sus hogares velas encendidas, cuyo fuego es considerado sagrado y simboliza el Fuego Sagrado que milagrosamente aparece cada año en la iglesia de la Sagrada Sepultura en Jerusalén.
A medida que comienza en Domingo de Pascua, la gente se saluda con la frase de, “¡Cristo ha resucitado!”. Los familiares se reúnen alrededor de la mesa y celebran el nuevo comienzo.
Los platos de Pascuas tradicionales incluyen pescado hervido u horneado con pilaf saborizado con damascos secos, ciruelas y pasas de uva, vegetales, huevos teñidos de rojo y vino. Cada plato tiene un profundo significado simbólico conectado con la tradición cristiana.
Tras la comida, las familias comienzan la competencia para resquebrajar el huevo: cada persona elige un huevo rojo y lo golpea contra el huevo del oponente. La persona cuyo huevo no se rompe, gana la competencia.
El lunes de Pascua está dedicado a rendir homenaje a los fallecidos. Los familiares visitan las tumbas de sus seres queridos, las limpian y las decoran con flores frescas y velas. Los curas rezan sobre las tumbas y las personas realizan largos brindis por aquellos que han perecido. Las visitas son realizadas en una atmósfera alegre con la esperanza de reunirse con los muertos en el más allá.