Caravasar Multani, Bakú
Cuando hablamos del Antiguo Oriente, las caravanas comerciales son una de las asociaciones más comunes. Durante siglos, la Gran Ruta de la Seda unió Europa y Oriente. Numerosos caravasares funcionaban a lo largo de todo el camino. A menudo, se podía ver un solitario caravasar esperando a los cansados viajeros en medio del desierto. También había caravanserais en las grandes ciudades con un comercio dinámico.
Caravanserai (caravasar) significa literalmente palacio en una ruta comercial. A veces este nombre no reflejaba la realidad. La mayoría de los caravasares eran simples estructuras de una sola planta, de forma cuadrada o rectangular, con un mínimo de comodidades. A menudo, en las rutas comerciales del desierto sólo se podía encontrar un muro con un patio y un pozo en su interior, sólo para saciar la sed de los cansados viajeros y sus animales. Pero a veces, edificios verdaderamente reales, representados por pequeñas fortalezas, podían aparecer ante los ojos de los viajeros. Arquitectónicamente, estos caravasares se denominan cerrados. Se construían para rechazar un posible ataque. Eran edificios de una o dos plantas, rodeados de murallas. En su interior había almacenes, establos y corrales para los animales, así como locales habitables.
Las zonas urbanas presentaban el otro tipo de caravasares: uno abierto. Se parecía más a un hotel y posada de la Europa medieval. Había establos, una casa de té, sauna y muchos otros edificios e instalaciones necesarios para los viajeros.
Un ejemplo de ello es el caravasar Multani en Bakú. Se encuentra en el casco antiguo de la ciudad, en Icherisheher. Este caravasar fue construido en el siglo XV para los comerciantes indios, adoradores del fuego, que venían de la ciudad de Multan, en la India (actual territorio de Pakistán).
Como la mayoría de los caravasares, el de Multani tiene forma cuadrada. En el patio había un pozo. A lo largo del perímetro del edificio había celdas para viviendas individuales. Además, el caravasar tenía establos y dependencias agrícolas.
Al estudiar el caravasar, los científicos descubrieron que se construyó sobre las ruinas de un edificio más antiguo. Este es un rasgo característico de muchos monumentos arquitectónicos que han quedado en Bakú.