Tradiciones Iván Kupala en Rusia
Desde la época antigua las personas en el mundo han celebrado el fin de junio, el pico del verano. La versión rusa de este festejo es Iván Kupala. Durante la noche del 23 de junio, todos celebran este místico, pero a la vez alegre festejo, lleno de actos rituales, reglas y prohibiciones, canciones, cánticos y todo tipo de adivinaciones, leyendas y creencias.
Incluso en el período de antiguas deidades paganas, la antigua Rusia solía tener a Kupalo, el Dios de la fertilidad de verano. En su honor la gente cantaba canciones y saltaba sobre una fogata. Este ritual se ha convertido en una celebración anual del solsticio de verano, combinando tradiciones paganas y cristianas. Kupala tomó el nombre de Iván tras el bautismo de Rusia, cuando fue reemplazado por Juan el Bautista (la manera en que era percibido por la gente ordinaria), quien bautizó a Cristo y cuyo aniversario se celebraba el 24 de junio.
Rituales de Iván Kupala
Durante ese día las personas utilizaban guirnaldas de flores y coronas de hierbas. Bailaban en círculos, cantaban canciones y encendían hogueras con palotes coronados por una rueda ardiente, simbolizando el sol.
Las canciones cantadas en los pueblos mencionaban a Kupala como alguien amado, limpio y alegre. Durante el día de Iván Kupala, las niñas preparaban coronas trenzadas de hierbas y durante la noche las dejaban flotando en el agua mientras las veían alejarse. Si la corona se hundía significaba el final del amor y por lo tanto quería decir que no habría boda.
Otra tradición era arrojar agua sucia a todas las personas a la vista. Se creía que cuanto más seguido una persona corriese a nadar, más pura sería su alma. Nadar al amanecer era considerado el nado más purificante y curativo.
El nado nocturno era incentivado con fogatas purificantes para bailar y saltar alrededor. El más alto saltador era el más afortunado. Las madres solían quemar en aquellas hogueras las camisas de sus niños enfermos, esperando deshacerse de todo lo malo y los desastres. La gente joven participaba en ruidosos juegos, riñas, carreras, etc. El juego más popular era corre y atrapa.
Las personas creían que todas las hierbas milagrosas y curativas florecían durante la noche de Iván Kupala. Por lo tanto, la gente conocedora y experimentada, y especialmente los curanderos de los pueblos, nunca se perdían esa noche y recolectaban raíces medicinales y hierbas para el año venidero.
Había un rumor de que, a la medianoche, los helechos comenzaban a florecer. Poco antes de la medianoche, un capullo aparecía en medio de las amplias hojas. Se elevaba cada vez más alto y luego comenzaba a “saltar” alrededor. Al llegar la medianoche, el capullo estallaba para convertirse en una flor roja de fuego. Se creía que esta flameante flor podía señalar un tesoro oculto sin importar que tan profundo hubiese sido escondido. Ningún hombre podía tomar la flor, pero se creía que con tan solo verla cualquier deseo se convertiría en realidad.
Siempre había algo milagroso acerca del día de Iván Kupala. Nadie dormía por la noche, dado a que también se pensaba que todos los espíritus malignos cobraban vida: brujas, hombres lobo, vampiros, sirenas… Las personas pensaban que Iván Kupala era el día cuando las brujas también festejaban, tratando de causar tanto daño en los humanos como les fuese posible.
Así solía ser la celebración de Iván Kupala, llena de rituales, maravillas y otras alegres y adorables travesuras.