Gran Ruta de la Seda
Uzbekistán y la Gran Ruta de la Seda
Durante los siglos XV - XVI existieron miles de pueblos y rutas que cruzaban el continente asiático y se dirigían hacia Occidente. Las caravanas pasaban por esos caminos, y cada una de ellas estaba llena de ropas exóticas, productos orientales y especias. Los pueblos, ciudades y caravasares (caravanserais) crecieron gradualmente en esos caminos.
Allí se crearon numerosos centros de artesanía nacional, escuelas de arte, madrazas, palacios y mausoleos. Comerciantes, misioneros y peregrinos viajaron y trajeron a la región nuevas religiones, costumbres, bienes (vidrio, porcelana, jabón, pólvora) y diferentes culturas. Durante siglos, la Gran Ruta de la Seda unió a los países mediante actos pacíficos como el comercio y el intercambio de valores culturales y espirituales que son únicos para toda la humanidad.
En cooperación con la UNESCO, se creó un programa especial a largo plazo que incluye propuestas para la recuperación del patrimonio histórico. En 1994 fue aceptada la Declaración de Samarcanda "Sobre el renacimiento de la Ruta de la Seda".
La principal ruta turística está atravesada por 32 pueblos y ciudades de Asia Central. Las joyas de la Ruta de la Seda son Tashkent, Samarcanda, Bujará (Bukhara), Khiva (Jiva) y las ciudades del Valle de Fergana. Un emocionante viaje al pasado le estará esperando.
Hace muchos siglos, la Gran Ruta de la Seda, que unía Europa con Asia, contribuyó al desarrollo de Asia Central y, en particular, de Samarcanda, Bujará, Jiva y Shash (la moderna Tashkent). Estas ciudades sobreviven por su estilo único entre las ciudades orientales de su área, con sus plazas, caravasares y monumentos medievales de arquitectura islámica, estos últimos le han proporcionado fama mundial a las ciudades de Uzbekistán que gradualmente se ha ido convirtiendo en uno de los destinos turísticos del mundo en Asia.