Madraza de Ulugh Beg, Samarcanda
La Madraza de Ulugh Beg es la más antigua del conjunto arquitectónico de Registan en Samarcanda. La madraza comenzó a construirse en 1417, durante el reinado de Ulugbek. Este periodo marca una época importante en la historia de Samarcanda, iluminada por la visión y el liderazgo únicos de Ulugbek.
En un notable giro histórico, Ulugbek ascendió al poder en 1409 después de que su padre abdicara del trono de Samarcanda. A la tierna edad de 15 años, Ulugbek, descendiente directo del famoso emir Timur, asumió el liderazgo. Al principio, su gobierno estuvo guiado por tutores, pero en 1411 se embarcó en un viaje de gobierno independiente.
La ubicación de la Madrasa de Ulugbek se eligió estratégicamente en el lado occidental del bullicioso Registan, la plaza del bazar principal de Samarcanda. Durante esa época, la plaza era un hervidero de actividad, hogar de casas de comercio cubiertas, tiendas y caravasares, reflejo de la vitalidad económica de la región.
La autoría del diseño de la madraza es objeto de debate histórico. Algunos lo atribuyen al famoso arquitecto timúrida Kavam-ud-din Shirazi, mientras que otros se lo atribuyen a Kamaleddin Muhandis. Independientemente de su diseñador, la madrasa se erigió como una estructura majestuosa e imponente. Su portal de entrada, adornado con una inscripción de 1417, presume de su preeminencia y grandeza en el mundo.
Las paredes de la madraza son un tapiz de color, adornadas con ladrillos vidriados en tonos azules, celestes y terracota. Su fachada, que da a la animada plaza Registán, se distingue por un peshtak (arco ojival) adornado con intrincados mosaicos de colores que representan motivos de estrellas, bajo los cuales se encuentran tres acogedoras entradas.
La construcción de la madrasa de Ulugbek concluyó en 1420. Y casi de inmediato recibió el estatus de "oliya", es decir, la madraza de mayor rango. Reconocida por su rigor académico, ofrecía cursos no sólo de ciencias teológicas, sino también de matemáticas, filosofía y astronomía. Esta institución mantuvo su prestigio mucho más allá de 1533, incluso después de que Samarcanda dejara de ser la capital.
El campus de la madrasa estaba bien diseñado, con celdas (hujras) estudiantiles de dos plantas de una o dos habitaciones, aulas y una biblioteca bien surtida. El centro de su distribución era un patio cuadrado, pavimentado con grandes piedras y flanqueado por cuatro aivanes, con una mezquita de invierno situada en el lado oeste.
Arquitectónicamente, la madraza contaba con cuatro cúpulas y altísimos minaretes de 33 metros. Sin embargo, el tiempo y la naturaleza pasaron factura. En 1870, uno de los minaretes se derrumbó trágicamente. El edificio sufrió más daños durante el terremoto de 1907, con dos grandes grietas, minaretes inclinados y la destrucción del segundo piso del lado este.
A pesar de estos problemas, el legado de la madraza perdura. En la actualidad, sólo quedan dos de los minaretes orientales originales, que fueron restaurados y enderezados por especialistas en 1932 y 1965. Estos minaretes atestiguan la importancia histórica y arquitectónica de la madraza.