Bazar Zelyony (Verde), Almaty
El Bazar Verde (Bazar Zelyony o Mercado Verde) en Almaty, localizado en el cruce de las calles Zenkov y Jybek Joly, luce como un mercado oriental tradicional donde es posible comprar de todo: desde carne, especias y frutas hasta textiles y muebles. Todos deberían intentar regatear allí, los mercaderes alaban sus mercancías e intentan cuidar y atraer clientes, mientras que estos disfrutan de la variedad de opciones y socializar con los vendedores. Para aquellos cansados y hambrientos durante sus compras, hay lugares para descansar, beber té y comer un snack. El bazar verde sorprende a sus visitantes con su gran abundancia de mercaderías y su colorida atmósfera oriental.
Debido a su rica historia, el Bazar Verde es una parte inseparable de los tours en Almaty. El primer prototipo del centro comercial apareció en el mismo lugar hace más de mil años, y desde ese entonces ha permanecido como un importante centro de comercio de toda Almaty. En 1875, por orden de Rafikov, un influenciador mercader de Semipalatinsk, se construyó Vernensky Gostiny Dvor en el lugar del mercado. En aquel entonces, Almaty era llamada Verniy y Vernensky Gostiny Dvor servía como alojamiento para los mercaderes visitantes y para las caravanas que pasaban por la ciudad. Eventualmente, los mercaderes comenzaron a abrir tiendas allí. El lugar constaba de dos pabellones bajos localizados a lo largo de la calle Torgovaya. Igual que en la actualidad, en aquel entonces era posible comprar varios tipos de comida, vegetales frescos, frutas, hierbas, cereales e incluso té traído de China. En las tiendas se podía encontrar fácilmente materia prima, madera, elementos para el hogar y mucho más. Como los taxistas actuales, los carruajes se formaban en fila en la entrada del mercado listos para transportar pasajeros con sus compras.
En 1887, ocurrió un terrible terremoto en Verny y como resultado la ciudad fue severamente destruida. Pequeños terremotos suceden allí a menudo y los habitantes están acostumbrados a ellos, pero los eventos de 1887 fueron un verdadero desastre y prácticamente no quedó nada de Gostiny Dvor. Las autoridades de la ciudad comenzaron a organizar bazares enfocados en un tipo de producto particular a lo largo de la ciudad y aparecieron los mercados de ganado, vegetales y heno. El comercio estaba floreciendo, sin embargo, tras la revolución, llegaron los malos tiempos. El comercio privado no fue alentado y fue fuertemente suprimido.
El comercio floreció nuevamente con la emergencia de granjas colectivas, las cuales debían vender sus productos de agricultura. En 1927 Gostiny Dvor fue reconstruido y adquirió un nuevo nombre: “Mercado Central Colectivo Agrícola”. Entre la gente, este nombre semioficial no se popularizó y el mercado simplemente comenzó a llamarse “Bazar Verde”. En los años 40 el bazar consistía en puestos de madera bajo toldos, y la mayoría de las mercaderías eran vendidas antes o cerca del mediodía. Entre otras cosas, se comerciaba ganado vivo y las manzanas de Almaty eran el producto más popular.
Durante la guerra, los precios se incrementaron y no todos podían darse el lujo de comprar en el Bazar Verde.
El tiempo pasó y el mercado ha permaneció casi inalterable. Esto continuó hasta mediados de los años 70. Luego, se demolieron los puestos de madera y se cubrió el edificio en un estilo de constructivismo soviético. El Bazar Verde experimentó un nuevo nacimiento y adquirió su apariencia actual. El arquitecto principal del proyecto fue Mark Pavlov. El bazar estaba diseñado como una estructura de varios niveles. El pabellón central estaba diseñado para 800 puestos, el mercado de verano para 200 puestos y el estacionamiento estaba previsto para 400 autos. Durante la construcción, también se tomaron en cuenta los movimientos sísmicos de la región, dando como resultado uno de los bazares con tecnología más avanzada y más moderno de la época.
En la actualidad, el Bazar Verde es un sitio popular entre turistas y es a menudo incluido en varios programas de tours y excursiones en Almaty. Los viajeros son atraídos por el exotismo oriental del mercado, la oportunidad de comprar varios productos alimenticios y no solo souvenirs, conversar con amigables vendedores y familiarizarse con la vida cotidiana de los kazakos.