Petroglifos en Cholpon-Ata, Kirguistán

Uno de los principales lugares de interés en Cholpon-Ata (en Ingles) es el museo de petroglifos al aire libre, situado a las afueras del centro de la ciudad. Las 42 hectáreas del museo están salpicadas de círculos de piedra, tumbas, balbals (lápidas) y una variedad de petroglifos. Estos petroglifos datan del segundo milenio a.C. hasta el siglo IV d.C.

Se cree que el sitio fue una vez un templo al aire libre, donde la gente adoraba al sol y a otros cuerpos celestes. Muchas de las piedras representan animales, incluyendo leopardos de las nieves y ciervos. Una de las piedras cerca de la entrada muestra a cazadores persiguiendo a ciervos con leopardos de las nieves domesticados, mientras que otra piedra representa a leopardos de las nieves en movimiento, una imagen única en los petroglifos de Asia Central. También hay imágenes del sol, y carros corriendo a través de las rocas.

El arte de las inscripciones en piedra desapareció gradualmente con la difusión del Islam en Asia Central, que restringió las imágenes de animales y seres humanos. Sin embargo, muchas de las formas utilizadas en estos petroglifos todavía están con nosotros - forman la base de patrones, mostrando diferentes partes de los animales (cuernos, alas, garras) y se utilizan en shyrdaks (alfombras de fieltro kirguís) y otras formas de artes y oficios tradicionales. Hay otras colecciones de petroglifos situadas en las estribaciones de las montañas Kungey Ala-Too, que se extienden a lo largo de toda la longitud septentrional del lago, entre Kirguistán y Kazajstán - pero el Jardín de Piedra representa el sitio más fácilmente accesible y preservado.

El sitio ha sufrido desgaste debido al gran número de visitantes, y los recientes intentos de preservar los dibujos han sido rodeados de controversia, ya que algunos temen que los productos químicos utilizados para reparar los artefactos puedan haberlos dañado aún más.