Festejo de Nouruz
Nouruz – Año Nuevo y Festejo de la Naturaleza
Si le pregunta a cualquier uzbeko, ya sea anciano o joven, acerca del festejo más cálido y amado, lo más probable es que le respondan “Nouruz. Nouruz (también llamado Noruz, Nowruz, Nowrooz, Nawruz y Navruz) es uno de los festejos más atesorados en Uzbekistán. También conocido como el Año Nuevo Persa, Nouruz es una celebración a la naturaleza, una forma de dar la bienvenida al nuevo año y disfrutar de deliciosa comida junto con amigos, vecinos y familiares.
La historia de este festejo data de la época de la historia del hombre, en la que emergía la agricultura y los cultos relacionados con esta.
El festejo de Nouruz se originó en Khorasan (en el noreste de Irán) hace más de tres mil años, y eventualmente se expandió a los estados vecinos de Asia Central.
Se celebra el 21 de marzo, cuando el día y la noche son iguales, día en que se instala un nuevo calendario solar, un nuevo año astrológico, cuando la ley de renovación gana fuerza nuevamente. Más tarde, durante el Achaemenids (siglos VI-IV AC), Nouruz recibió por primera vez el estatus de fiesta de estado, pasando de ser un ritual de agricultura a una celebración zoroastra y fue adjuntado al culto del Sol y Zaratustra. En la actualidad, el festejo de Nouruz es un evento importante y una de las principales tradiciones uzbekas nacionales, y tal como hace un milenio atrás, está lleno de antiguos y coloridos rituales.
El día de la celebración, es el momento en que se prepara el plato principal del ritual, el “sumalak”, hecho con granos germinados. Todo el pueblo, aunque en su mayoría las mujeres, se reúnen detrás de una gran caldera sentados en círculo, cantando canciones, divirtiéndose mientras cada uno espera por su turno para revolver el sumalak. Por la mañana se distribuye el sumalak a los vecinos, familiares y amigos. Según los locales, al probar el sumalak debe pedir un deseo y este se hará realidad.
El festejo de Nouruz en Uzbekistán está estrechamente conectado con nuevas expectativas y esperanzas. Por este motivo, es habitual perdonar hasta a sus perores enemigos, no pelear y ayudar a los débiles y necesitados. Según sus creencias, todo esto traerá suerte a la casa. Durante este día, las esposas fríen tartas especiales con verdes, preparan nishalda, un dulce hecho con las claras de huevo, batidas con azúcar, raíces y hiervas aromáticas, samosa, y por supuesto el fragante pilaf. La abundancia es un buen signo.
Cada casa recibe invitados y también realiza visitas. Los festivales en los pueblos son especialmente interesantes y allí se realizan competencias tradicionales, tales como las luchas de hombres a caballo y torneos de caballo, así como también ferias folclóricas donde es posible comprar desde recuerdos hasta pasteles nacionales.