Historia de Samarcanda
Hay ciudades cuyos siglos de historia representan la historia de toda una nación y país, reflejando el paso de muchas generaciones. Samarcanda es una de las ciudades más antiguas del mundo y, siendo uno de los primeros centros de civilización humana, tal como Babilonia, Menfis, Atenas, Roma, Alejandría y Bizancio, presenció muchos acontecimientos y revueltas.
La historia de Samarcanda se remonta a días remotos. Hallazgos arqueológicos y registros de crónicas de testigos oculares e historiadores antiguos, permitieron establecer con total fiabilidad que el hombre vivía en el territorio de la ciudad moderna de Samarcanda muchos siglos antes de la Era Común.
En Samarcanda, factores tales como su ventajosa localización geográfica, su clima mayormente favorable, la abundancia de manantiales naturales, su cercanía a montañas con aves silvestres a orillas del río Zaravshan y más, siempre proporcionaron condiciones favorables para los asentamientos humanos, donde se levantaron fuertes murallas, castillos, edificios y templos, incluso siglos antes a la Era Común.
La primera mención de Samarcanda (también conocida como Marakand), data del año 329 AC en descripciones de testigos oculares y participantes del ejército de conquista de Alejandro el Grande. En aquella época, Samarcanda era una gran ciudad con mucha población, comercio, cultura y arte bien desarrollados. Contaba con una ciudadela inexpugnable y un muro externo defensivo con una longitud de 10,5 kilómetros.
De acuerdo con nuevas excavaciones arqueológicas, los científicos concluyeron que Samarcanda fue fundada mucho antes la conquista griega-macedonia y que ya durante la época del Estado Akhemenids (siglos VI-IV), era una ciudad bastante desarrollada. Por lo tanto, la “edad” de Samarcanda, es de alrededor de 2500 años, comenzando desde el origen en la colina forestal de Afrosiab.
A lo largo de la historia la ciudad vio las tribus medio salvajes de Sacs y Massagets, los flancos de hierro del ejército griego-macedonio y las hordas del cruel Kara-Kidani. Samarcanda soportó la invasión de los árabes, quienes trajeron una nueva religión (el islán) y las sangrientas hordas de Ghengis-Khan quienes atacaron hogares pacíficos con fuego y espadas. Eventualmente, Samarcanda se convirtió en la capital del Gran Imperio de Tamerlane, el cual se extendía desde el río Ind hasta el Bósforo.
Tras la muerte de Tamerlane, todo el imperio cayó en poder de sus hijos y nietos. Samarcanda y sus alrededores, fueron delegadas a Ulugbek, el nieto de Timur Tamerlane. Ulugbek gobernó la ciudad durante 40 años, siendo el gobernante más pacífico de la historia de Samarcanda y casi no participó en campañas de agresión. Ulugbek, en muchas ocasiones visitó otros países, pero solo para estudiar sus tradiciones, cultura y estilos de vida. Fue un gran científico, astrónomo y matemático, y por lo tanto trajo muchos científicos de diferentes países para el desarrollo de su país.
Los siglos XIV-XV fueron el período de la Edad de Oro de la ciudad. La construcción de la ciudad estaba en su máximo esplendor: estaba rodeada por fuertes murallas fortificadas, calles nuevas pavimentadas con piedras y magníficos conjuntos de domos azules elevándose sobre ella. La mayor parte de estas construcciones han llegado hasta nuestros días y son el símbolo principal de la ciudad.
En la actualidad, Samarcanda, como la mayoría de las ciudades de Asia Central, está dividida entre la parte nueva y la vieja. La parte nueva es también el centro administrativo de la ciudad, e incluye centros culturales, industriales e instituciones educacionales superiores. El casco antiguo incluye monumentos, tiendas, talleres y antiguas residencias privadas. En general, las excursiones se realizan principalmente en el casco antiguo de la ciudad, ya que la que cuenta con mayor riqueza visual.
Samarcanda tiene una población de alrededor de 500 mil habitantes. En esta ciudad multinacional, habitan más de 100 naciones diferentes, siendo Samarcanda la segunda ciudad con más población del territorio de Uzbekistán.