Bellas Artes y Arquitectura Azerbaiyana
Las bellas artes azerbaiyanas fueron desarrolladas de manera primitiva en el período paleolítico, tal como lo evidencia la colección de antiguos petroglifos conocidos como Arte Rupestre de Gobustán. La prevalencia de diversos motivos incorporados en el arte histórico y la arquitectura, puede ser vista por todas partes, desde los objetos de cerámica expuestos en el Museo Nacional de Arte hasta las decorativas columnas desenterradas por arqueólogos en Nakhchivan y Gabala. El crecimiento local de ciudades fue tanto un impulso como un resultado del incremento de las caravanas que comerciaban a lo largo de la Ruta de la Seda; cuya influencia aceleró el tejido de alfombras azerbaiyanas, las formas de bellas artes, la producción de cerámica, joyas e incluso la manufactura de armas.
Con la llegada de los árabes en el siglo VII, la influencia árabe comenzó a depositarse en las tradiciones y cultura de Azerbaiyán. La prohibición del islán en la réplica de imágenes de seres vivos probó ser un estímulo del desarrollo local de las formas de arte decorativas. Sin embargo, fue la influencia persa la que inspiró el desarrollo de las pinturas en miniatura de los siglos XIV-XV, volviéndose ampliamente populares los manuscritos conteniendo intricadas y minúsculas representaciones de personas, animales y paisajes.
A pesar de que en los siglos XVII-XVIII las escaramuzas y guerras entre Turquía e Irán impidieron el desarrollo de las bellas artes en Azerbaiyan, se realizaron grandes desarrollos. En los murales de los hogares de personas adineradas comenzaron a aparecer pinturas, principalmente motivos de plantas, y en 1797 el arquitecto persa Khadali Zeynalabdin construyó el Palacio de los Kanes, una pieza maestra de la arquitectura adornada en sus paredes con vívidos murales pintados creados por maestros locales.
El siglo XIX marcó el inicio de las pinturas en caballetes y otras ideas frescas, sin embargo, salvo en el ámbito de las pinturas en miniatura tradicionales, el progreso artístico fue generalmente lento. No obstante, piezas maestras de artistas tales como Mirza Gadim Iravani, sirvieron como pioneros de la pintura realista en caballetes, la cual alcanzó su pico a finales de los años 1920.
El período soviético en Azerbaiyán vio el desarrollo de las pinturas realistas, las pancartas y el arte ilustrativo. En 1928, la Unión de Jóvenes Artistas de Azerbaiyán realizó su primera exhibición, aunque mucho de su arte sirvió como propaganda política. A mediados de 1950, los artistas locales jugaron con ideas tales como el “severo realismo” de Tahir Salahov, una muestra verídica de la sombría realidad de la clase trabajadora.
El colapso de la Unión Soviética, trajo más progreso en las bellas artes azerbaiyanas a medida que los artistas locales ganaron acceso a la escena del arte internacional. En la actualidad, exitosos artistas azerbaiyanos exhiben sus trabajos tanto de manera nacional como internacional, mientras que Bakú y otras grandes ciudades albergan regularmente festivales de cine. Muchas de las exhibiciones son llevadas a cabo a la sombra de las maravillas arquitectónicas azerbaiyanas, tales como las famosas Torres de Llama de Bakú y el Centro Cultural Heyday Aliyev.