Mezquita Subterránea Karaman-ata, Mangystau
Karaman-ata es una de las necrópolis más antiguas de la región de Mangystau, y sus tumbas más antiguas se remontan a los siglos VIII y IX. Este lugar también incluye una mezquita subterránea construida en los siglos XII y XIII, donde, según la tradición local, se encuentran los restos del venerado sabio sufí kazajo Karaman-ata. Tanto la mezquita como la necrópolis que la rodea han sido declaradas monumentos de importancia nacional en Kazajistán.
La necrópolis, de más de 7 hectáreas, alberga cientos de tumbas de kazajos y turcomanos. Las lápidas más antiguas datan de la época de los pueblos oguz y kipchak, en el siglo VIII, mientras que la mayoría de los enterramientos datan de la segunda mitad del siglo XIX, asociados a los adai, una tribu kazaja predominante en esta zona. Las tumbas suelen estar marcadas por pequeños mausoleos ornamentados con relieves y pinturas. El último mausoleo se erigió en 1970, durante el periodo soviético.
La mezquita subterránea está delicadamente excavada en una ladera y desciende unos 5 metros, proporcionando un fresco santuario incluso en los días más calurosos. Consta de un pasillo serpenteante y dos cámaras sostenidas por columnas, con la cámara trasera de diseño circular destinada a rituales y danzas sufíes. Los visitantes deben descalzarse para respetar la santidad del interior enmoquetado.
La necrópolis de Karaman-ata es un lugar sagrado, venerado por su paz e inviolabilidad, donde a menudo se negociaban treguas históricas. Abundan las leyendas locales, como la amistad y posterior enemistad de Karaman-ata con el destacado sufí Khoja Ahmed Yassawi. La causa exacta de su disputa sigue siendo un misterio.
En la actualidad, la necrópolis está cerrada y dispone de servicios para los peregrinos, como una casa con cocina para comer y descansar tras el viaje. La mezquita subterránea está a 145 km de Aktau, y el tramo final es un camino de tierra accidentado a través de la vasta estepa kazaja, salpicado ocasionalmente por un pastor solitario y su rebaño. Cerca se encuentra la aldea de Beki, que marca el desvío hacia este lugar sagrado, y no muy lejos, al oeste, se halla el cautivador cañón de Ybykty, otra maravilla natural de la región de Mangystau.