Impacto ambiental del cráter de gas de Darvaza
El cráter de gas de Darvaza (Puerta al Infierno, Pozo de Darvaza), situado en el desierto de Karakum, es un enorme cráter de unos 70 metros de diámetro en el que arde un fuego eterno debido a la combustión continua del metano que se filtra desde el subsuelo. Este fenómeno espectacular e hipnotizador atrae la curiosidad de muchos visitantes, que a menudo se preguntan por su impacto en el medio ambiente. Dada su constante liberación de metano -un potente gas de efecto invernadero-, suscita preocupación su posible contribución al cambio climático. Nuestro objetivo es explorar si el cráter de gas de Darvaza desempeña un papel en el cambio climático, sus efectos en la ecología y si se deben realizar esfuerzos para extinguir esta extraordinaria atracción natural.
Emisiones de gas de Turkmenistán
En la clasificación mundial de países por emisiones de metano, los primeros puestos los ocupan China, Rusia, Estados Unidos e India. Sin embargo, si se excluyen los sectores doméstico y agrícola, Turkmenistán emerge como uno de los principales contribuyentes a las emisiones industriales de metano (CH₄). En los últimos cinco años, el país ha registrado más de 200 fugas significativas de este potente gas de efecto invernadero a la atmósfera. Estas emisiones están relacionadas sobre todo con vertidos accidentales a gran escala en yacimientos petrolíferos, muchos de los cuales siguen utilizando equipos y oleoductos anticuados de la era soviética.
En los últimos años, Turkmenistán ha trabajado activamente para abordar este problema, en línea con sus compromisos dentro del Compromiso Global sobre el Metano (GMP). El gobierno ha reducido de manera constante las emisiones anuales de metano en aproximadamente un 10%, lo que demuestra avances en la mitigación de los riesgos ambientales.
En lo que respecta a las emisiones de dióxido de carbono, Turkmenistán no representa una amenaza medioambiental significativa. El país emite anualmente unos 69 millones de toneladas de CO₂, lo que le sitúa en el puesto 49 del mundo. En comparación, China, el mayor emisor del mundo, emite más de 12.500 millones de toneladas de CO₂ al año, casi 200 veces más que Turkmenistán.
Emisiones de carbono del cráter de gas de Darvaza
Debido a la emisión y combustión continuas de metano, el cráter de gas de Darvaza libera cada año decenas de miles de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Según Kayrros, una empresa especializada en la vigilancia mundial de emisiones de gases por satélite, las emisiones de CO₂ del cráter se estimaron en unas 37.000 toneladas en 2021. Esta cifra representa un descenso de alrededor del 15% en comparación con los datos de varios años antes, una tendencia que probablemente se mantendrá a medida que la presión del gas dentro del cráter disminuya gradualmente.
Emisiones de metano del cráter de gas Darvaza
No existen registros oficiales de las emisiones de metano del cráter de gas de Darvaza, ya que se consideran insignificantes a escala mundial. La mayor parte del CH₄ liberado por el cráter se quema, convirtiéndose en dióxido de carbono y vapor de agua, y sólo una cantidad mínima escapa a la atmósfera. De hecho, esta combustión continua es la razón por la que el cráter permanece en llamas: científicos soviéticos encendieron intencionadamente el gas hace décadas en un esfuerzo por mitigar su impacto medioambiental.
¿Es necesario extinguir el cráter de gas de Darvaza?
Aunque las «Puertas del Infierno» queman metano, convirtiéndolo en dióxido de carbono, lo que contribuye a la contaminación atmosférica, el cráter en sí no tiene un impacto significativo en el cambio climático global:
- La cantidad de dióxido de carbono emitida por el cráter de gas de Darvaza es sólo una millonésima parte de las emisiones totales de carbono del mundo. Esto significa que su extinción no supondría ninguna diferencia apreciable en los niveles globales de CO₂.
- El metano, el gas de efecto invernadero más peligroso que contribuye al calentamiento global, sólo se libera en pequeñas cantidades desde el cráter. Aunque Turkmenistán es uno de los principales emisores de metano del mundo, el cráter de Darvaza no desempeña un papel significativo en estas emisiones.
- A escala nacional, apagar las llamas no supondría mejoras medioambientales significativas. En la actualidad, el cráter sólo representa alrededor del 0,1% de las emisiones totales de dióxido de carbono de Turkmenistán.
- En cuanto a la reducción del metano, invertir en infraestructuras modernas para la industria del gas sería mucho más eficaz que extinguir el cráter, ya que podría reducir las emisiones cientos de veces más que cerrar Darvaza.
En conclusión, la extinción de este cráter mundialmente famoso no contribuiría a mejorar las condiciones atmosféricas ni a evitar el calentamiento global. Sin embargo, significaría la pérdida de una de las maravillas naturales más singulares e hipnotizantes de la Tierra.
Además, el proceso de extinción del cráter de gas de Darvaza es técnicamente complejo y podría tener consecuencias imprevistas. Por eso, el cráter de Darvaza sigue ardiendo, como lo ha hecho durante más de 50 años.