Tradiciones de Boda Georgianas
La tradición nupcial georgiana comienza con el machankloba. Esta tradición consiste en la búsqueda de pareja. Involucra a miembros de la familia y amigos que ayudan en las reuniones organizadas para que coincidan las parejas potenciales. El siguiente paso es nishnoba, que representa el compromiso y culmina en la ceremonia de boda de kortsili.
Las bodas georgianas son conocidas por el inmenso número de invitados pudiendo superar los doscientos por familia. Se espera que todos los invitados asistan. Y declinar la invitación es considerado extremadamente ofensivo, a veces justificando el fin de una amistad y posiblemente instigando una disputa familiar. Se espera que las damas de honor y los padrinos se abstengan de mantener cualquier relación romántica entre ellos. Esto también podría dar lugar a una enemistad entre todos los involucrados.
Una boda debe ser aprobada por las familias de ambos, la novia y el novio. Históricamente, el secuestro de novias era común y se perdonaba cuando se realizaba con la aprobación de la novia. Esta tradición se ha desvanecido en el siglo XXI, pero aun se practica a veces en zonas rurales.
De acuerdo con la tradición, cuando la novia entraba en su nuevo hogar, el novio debía subir a la cima del techo y liberar un ave blanca. Se les ofrecía una copa de vino a los recién casados. El novio bebía primero y dejaba caer el anillo de bodas en la copa, para luego pasárselo a la novia quien también bebía. Luego, el novio removía el anillo de la copa y se lo presentaba a la novia mientras juraba devoción. Muy a menudo, la novia y el novio, se mudaban a la casa de la familia del novio. La novia primero inspeccionaba la casa, tras haber pisado un plato decorativo al entrar. Luego, se les daban antorchas de madera llamadas chiragdani. Durante su caminata por la casa, la novia debía tocar un caldero que es un símbolo de la casa y dar tres vueltas a una olla con aceite o trigo.
Los georgianos tienen la tradición de realizar procesiones de boda por las calles. La novia y el novio son a menudo vistos agitando sus brazos desde el techo de una abarrotada limousine. Los invitados y familiares los siguen en fila en interminables caravanas de autos. Bocinazos y gritos de jolgorio son escuchados a kilómetros de distancia.
Los supra de las bodas georgianas se encuentran entre los más entrañables. Los brindis a los recién casado son inicialmente propuestos por el Tamada quien asigna “vice Tamadas” en cada mesa. Los brindis deben ser dirigidos al novio y la novia, al éxito en la crianza de sus hijos, a una larga vida juntos y a sus respectivos familiares.
Los supras de las bodas son conocidos por continuar hasta bien entrada la mañana, e incluso hasta la tarde siguiente. Comer y beber es alentado hasta que todos los invitados hayan dejado la recepción.