Banquete Tradicional
La tradición georgiana de hospitalidad se encarna en la fiesta ceremonial de Supra. Supra es un banquete que se celebra en los cumpleaños, funerales, bodas, aniversarios, fiestas nacionales, fiestas religiosas, días de conmemoración, en honor de un huésped, e incluso ad hoc por ninguna otra razón que una reunión fortuita de amigos cercanos. De cualquier manera, el vino se consume en grandes cantidades.
En supra, el vino comparte la misma importancia que la comida. La cena se compone de una serie de brindis ofrecidos por el Tamada ("maestro de brindis") para ser adornados por los demás invitados. Los temas incluyen el amor, la familia, las dedicatorias individuales, los temas nacionalistas, la vida y la muerte, y Dios. Las bendiciones, chistes, anécdotas y recuerdos humorísticos son la parte fundamental de “Supra”. Un turista invitado a Supra debe esperar múltiples dedicatorias que normalmente son traducidas por uno de los asistentes más jóvenes.
El sello distintivo del Tamada es ser entretenido, pero profundo. El Tamada supervisa todo el banquete desde su lugar en la cabecera de la mesa. Sentado a su lado, se encuentra Meriqipe (“servidor de vino”), dado a que el Tamada no debe servir su propio vino. Los brindis raramente son breves y pueden ser segmentados por largas pausas. El Tamada también controla el flujo del vino. Los “supras” o banquetes, en su variedad formal, cuentan con un estricto código de conducta; nadie en la mesa bebe hasta que el Tamada finaliza el brindis y proclama “bolo mde” (“hasta el final”). Esto significa beber hasta que la copa esté vacía. Dejar cualquier remanente de vino es considerado una falta de respeto hacia el Tamada y la persona a quien está dedicado el brindis. En el aniversario de la muerte de un ser amado el supra está dedicado a esa persona. Algunas veces, gotas de vino remanentes en el fondo de una copa vacía, son salpicadas sobre pan como una ofrenda hacia el fallecido.
Tras haber finalizado el brindis, el Tamada le pide a cada uno de sus invitados que contribuya. Cada invitado debe elaborar un brindis del mismo tópico que el ofrecido por el Tamada, y estas contribuciones deben fluir de un invitado al otro. La etiqueta dicta que cada uno en la mesa debe tocar las copas antes de beber. Es de buena educación tocar la copa de otro invitado debajo de su agarre. Esto a menudo presenta un dilema ya que los invitados compiten por tocar las copas de los demás debajo del agarre y el frenesí resultante puede escalar a un período prolongado de tocar las copas que puede durar tanto como el brindis inicial.
Los brindis contribuyentes de los invitados son generalmente considerados un poco competitivos, prestándose a la grandiosidad y una clara gesticulación. Nadie debe dejar la mesa durante el brindis inicial del Tamada o durante la contribución de los invitados. Dejar la mesa del banquete en cualquier momento, por cualquier motivo, es descortés sin el permiso del Tamada.
Algunos supras son más relajados que otros con códigos de conducta menos rígidos. Supras improvisados llevados a cabo entre amigos cercanos o en honor a un invitado sorpresa son informales y pueden realizar en cualquier entorno; esto incluye cocheras, mesas de picnic en un parque con pertrechos improvisados, etc. En este entorno, la atmósfera es más democrática y beber a voluntad es alentado siempre y cuando, cada brindis sea honrado con un trago. Copiosas cantidades de vino son dispersas, lo cual puede parecer excesivo para un extranjero. Pero, la capacidad de beber en grandes cantidades y beber con delicadeza afirma la masculinidad y la fortaleza, cualidades estimadas por los georgianos.
Formal o casual, en un restaurante o sótano, todos los banquetes son foros para cantar. Antiguos himnos polifónicos y baladas estilo europeas son cantadas por casi todos en la mesa. La calidad de la actuación es tomada muy seriamente y es usualmente asombrosa considerada la cantidad de vino consumida. La recurrencia de las canciones se incrementa cuando llegan las tempranas horas de la madrugada. Un banquete tiene la intención de durar al menos hasta que el vino se haya terminado.
Los supras georgianos deben ser experimentados por cualquier turista en busca de las auténticas tradiciones georgianas. El supra es una ventana al alma de la identidad georgiana.