Pantano Salado Tuzbair, Mangystau
El pantano salado Tuzbair, en Mangystau, es el sueño hecho realidad de cualquier fotógrafo. Las extensas salinas blancas se extienden hasta el horizonte, bordeadas por imponentes acantilados blancos. Estas escenas ofrecen innumerables oportunidades para tomar fotografías impresionantes, especialmente cuando los espejismos crean la ilusión de lagos resplandecientes en la distancia. Cuando llueve, la zona se transforma en un inmenso espejo de agua que refleja maravillosamente el cielo.
"Sor Tuzbair", donde "sor" significa pantano salado en kazajo, es una vasta zona de 15 por 4 kilómetros. Los acantilados se componen de antiguos depósitos cretácicos del océano Tethys (Tetis), que se elevan a más de 60 metros de altura. El viento, el agua y el paso del tiempo han esculpido las rocas en formas fantásticas, incluido el notable "Arco".
El Arco de Tuzbair es una formación natural esculpida por la erosión. Es posible escalarlo, pero es todo un reto debido a lo escarpado e inestable del terreno. En los alrededores, fascinantes formaciones rocosas también han sido moldeadas por fuerzas naturales a lo largo del tiempo.
Pero Tuzbair no es sólo paisaje. Es un lugar privilegiado para la caza de fósiles, con restos de la vida marina del océano Tethys, como dientes de tiburón y esqueletos de erizos de mar, a la espera de ser descubiertos bajo una fina capa de sedimentos.
A pesar de su aspecto árido, el ecosistema de Tuzbair alberga camellos, caballos salvajes y, ocasionalmente, el esquivo antílope saiga, que se mantiene fuera de su alcance. También habitan tortugas y escorpiones.
El final de la primavera y el principio del otoño son las mejores épocas para visitarlo, evitando el calor extremo del verano y los vientos fríos y polvorientos del invierno. Si llueve, podrá ser testigo de la transformación de Tuzbair en un país de las maravillas reflectantes. Los viajeros deben ser precavidos; la consistencia del pantano varía, y se aconseja caminar con calzado apropiado o descalzo para evitar hundirse en el barro blando. La conducción debe hacerse con cuidado, pegándose a tierra firme y siguiendo las huellas de los guías locales para evitar quedarse atascado.
Para llegar a Tuzbair hay que conducir desde Aktau, 230 kilómetros por la A-33, y luego hacia el sur otros 40 kilómetros por una pista de tierra. También se puede visitar Tuzbair como parte de un recorrido más amplio por Mangystau, partiendo de la etno-aldea "Kogen", cerca de Sherkala y Ayrakty, lo que puede acortar el trayecto en 120 km. Un mirador situado 20 kilómetros después del desvío de la autopista ofrece una vista diferente pero igualmente impresionante sin descender a los llanos.
Es un lugar ideal para pasar el día o acampar, siempre que se venga preparado con agua, protección solar y sombrero. Una visita a Tuzbair promete un tapiz de vívidas experiencias y recuerdos.