Caballos Turcomanos Akhal-Teke
Los caballos turcomanos Akhal-Teke son un tesoro cultural y un símbolo histórico de las tribus nómades del desierto de Turkmenistán. Se encuentran entre las razas más antiguas y raras del mundo y son altamente apreciados internacionalmente por su inteligencia, resistencia y velocidad.
De acuerdo con los investigadores, los caballos Akhal-Teke descienden del extinto caballo Nisean, una vez criado en Media (actual Irán). Los caballos turcomanos presuntamente encontraron su camino hacia Turquía y Europa, donde se engendró la raza inglesa de raza pura, un símbolo histórico de lujo y alta sociedad en el mundo occidental. A finales del siglo XIX, los caballos comenzaron a ser conocidos como “Akhal-Teke”, en referencia a un oasis llamado Akhal y una tribu local conocida como Teke.
En el pasado las tribus nómades turcomanas prestaron poca atención al concepto de caballos pura raza, estando más preocupados por la fuerza y resistencia del animal que en su linaje. A pesar del árido clima y las pocas áreas de pastura en Turkmenistán, criar caballos Akhal-Teke era relativamente fácil, y estos animales pronto se convirtieron en los incansables ayudantes de la población local. De la misma manera, los soldados turcomanos encontraron un amigo confiable en la raza Akhal-Teke, quienes son conocidos por haber salvado la vida de su jinete en más de una ocasión. Con el tiempo, poseer un caballo Akhal-Teke pasó a ser visto como un símbolo de estatus para los ricos y nobles. A pesar de por dos siglos los turcomanos se han establecido en ciudades y pueblos, el amor y respeto por los caballos permanece en su sangre.
Se cree que el semental Akhal-Teke es un caballo de un solo dueño, y por lo tanto en Turkmenistán no se acostumbra a regalar, vender o intercambiar los caballos. El jinete y su montura son un equipo inseparable hasta la muerte. Para criar estos caballos tan leales, es necesario un meticuloso establo y mucho cuidado. Tradicionalmente, los caballos Akhal-Teke viven vidas largas y a menudo acompañan a sus maestros en su viaje final.
Los caballos Akhal-Teke asombran a todos con su grandeza y belleza noble. Agraciados, de patas finas y hermosos, lucen como estatuillas que han cobrado vida. Tiene una piel muy fina con un pelaje brillante plateado o dorado. Los criadores de caballos describen al Akhal-Teke como fuerte, ágil, temperamental, curioso y eficiente. De hecho, este caballo comanda respeto con su inteligencia, resistencia y velocidad, demostrándole a su dueño con cada fibra de su ser que debe ser tratado con honor y dignidad. Los turcomanos, por su parte, han dominado hace mucho el arte de domar el orgulloso temperamento de los caballos Akhal-Teke
La increíble resistencia de esta raza de caballos del desierto, fue demostrada en una carrera desde Asjabad hasta Moscú en 1935, en la cual 17 jinetes de Turkmenistán cubrieron más de 4000 kilómetros en tan solo 84 días. Por más de 300 kilómetros en la carrera, pasaron a través del Desierto de Karakum sin parar en un solo oasis. Exactamente 10 años más tarde, el maestro de ceremonias soviético Georgy Zhukov presentó el Desfile de la Victoria en la Plaza Roja de Moscú sentado en un majestuoso caballo turcomano Akhal-Teke.
En el siglo XX, los caballos Akhal-Teke de Turkmenistán comenzaron a participar en exhibiciones ecuestres internacionales en Europa y Rusia, evocando especial admiración en el jurado. De acuerdo con una historia contada a menudo, en los años 1960, Nikita Khrushchev le regaló a la Reina Elizabeth II un caballo Akhal-Teke. El jefe del establo pensó que el caballo había sido pintado con tintura dorada, asique ordenó que se lo bañe. ¡Imagínense la sorpresa cuando tras su baño el semental brilló aún más!
Solo luego de Turkmenistán ganase su independencia en 1911, los caballos Akhal-Teke comenzaron a ganar popularidad alrededor del mundo. En la actualidad, es una de las razas más raras y premiadas de mundo. Considerado un tesoro natural, su imagen ha sido colocada en el emblema nacional de Turkmenistán como un símbolo de libertad.
Al visitar Turkmenistán, es posible visitar los establos cerca de Asjabad para tomar lecciones de montar y admirar a estos lujuriosos animales. También considere participar en el Día del Caballo turcomano, celebrado cada año en el último domingo de abril con ferias, exhibiciones, concursos de belleza para los caballos, y por supuesto, carreras.
En la actualidad, el gen de los caballos turcomanos Akhal-Teke ha sido cultivado y preservado cuidadosamente para las generaciones de turcomanos, quienes con optimismo heredarán el amor por este orgulloso y competente corcel.