Literatura y Poesía Tayika
Monumento a Rudaki en Dushanbé
La literatura y poesía tayika se ha desarrollado a través de milenios bajo conflictivas influencias, y en la actualidad es una de las más vívidas y hermosas representaciones de la cultura de Tayikistán.
La historia de la poesía y prosa local está inextricablemente ligada con los desarrollos de la literatura de Irán, India y Uzbekistán, mientras que la influencia de Avesta, el sagrado libro del zoroastrismo, es particularmente visible en el folclore tayiko. La división estalló en la región en el siglo XVI cuando los musulmanes chiítas llegaron al poder en Persia y los musulmanes sunís continuaron gobernando en Asia Central. Fue durante esa era que la literatura tayika comenzó a diversificarse de su contraparte persa para desarrollar su propio estilo.
Sin embargo, la literatura en Tayikistán siempre ha sido un reflejo del clima local político y cultural, tomando diversas formas a través de los siglos. Dependiendo de la era, los escritores eran conocidos a su vez por escribir sus reflexiones filosóficas, ensalzar a sus gobernantes, criticar a las autoridades y jugar con las ideas del progresismo antes de finalmente lidiar con el realismo y los dilemas de la vida moderna. A pesar de esto, con cada cambio de foco, la característica definitiva de la literatura y poesía tayika, es decir, la preservación de las tradiciones poéticas locales, han permanecido inalterables.
Comienzos del Folclore
El folclore ha sido visto como el cimiento de la literatura tayika por alrededor de 2000 años, sin embargo, dado que no apareció en la forma escrita hasta el siglo XIX, es difícil evaluar la totalidad de su valor histórico. El folclore tayiko se mencionó por primera vez en las crónicas árabes que datan del 789 AD, las cuales indican que los habitantes de Balkh (Afganistán en la actualidad), cantaban una canción transmitiendo cómo los habitantes de las altas tierras de Khatlon (sur de Tayikistán en la actualidad), hicieron retroceder a las tropas árabes.
El folclore temprano estaba lleno de ideas del Avesta, el libro sagrado del zoroastrismo, incluyendo reflexiones acerca de la relación entre el hombre y la naturaleza, la lucha entre la Luz y la Oscuridad y el valor del trabajo arduo. Con el tiempo, otros géneros comenzaron a formarse, incluyendo el largo poema doston, el poema corto choma, canciones rituales, parábolas y cuentos de hadas, convirtiéndose este último en el lazo entre el folclore y la literatura clásica.
En el siglo XII, el escritor Faromurz, redactó una novela de tres partes basada en un personaje de cuento de hadas creado por el narrador oral llamado Sadak, y en la actualidad su historia es conocida como Samak-e Ayyar (Samak El Embaucador). En el siglo XXI, la creación de “libros de folclore” emergió en Tayikistán como una forma de preservar las tradiciones locales. Estos libros folclóricos se caracterizan por registrar cuentos de hadas de escritores desconocidos, los cuales luego eran leídos por narradores ante una audiencia iletrada.
Era Persa
Antes del siglo XVI, la literatura tayika estaba íntimamente atada a la cultura persa, ya que los autores locales escribían exclusivamente en farsi, el lenguaje de Persia.
Rudaki, el autor de los siglos IX-X, el cual se cree que nació en un pequeño pueblo de Tayikistán, es considerado en gran medida como el fundador de la poesía persa. El trabajo de Rudaki influenció a un grupo de escritores quienes comenzaron a llamarse a sí mismos los “Pléyades de Rudaki”. Entre sus seguidores se encontraba un joven poeta tayiko llamado Dakiki, quien creció en fama como autor del poema épico “Shahnameh” (Libro de los Reyes) pero murió antes de que su pieza maestra estuviese finalizada. El trabajo de Dakiki fue completado a comienzos del siglo XI por el poeta Ferdowsi, quien incluyó las líneas escritas por Dakiki y las complementó con pensamientos tanto islámicos como zoroastrianos. El resultado fue un verdadero poema épico cuyo volumen duplica el de la Ilíada y la Odisea juntos. Contrario a su título, "Shahnameh" no trata tanto acerca de reyes y sino más acerca del triunfo de la humanidad, para lo cual Ferdowsi fue tan lejos como contradecir la postura islámica.
Durante la era del siglo XII referida como la “Poesía del Palacio”, los poetas persas fueron conocidos por alabar a los reyes a través de efusivos elogios. Al mismo tiempo, la “Poesía de Cabaña” trataba la lucha de la gente común mientras ayudaba a los lectores a escapar de su realidad hacia un mundo de misticismo.
Las invasiones de Genghis Khan en el siglo XIII precipitaron el período de declive de la literatura persa y los escritores se vieron forzados a escapar hacia la India, Asia Menor y el Cáucaso. La literatura local no fue revivida sino hasta el siglo siguiente, cuando los autores utilizaron el bolígrafo para elevar sus quejas acerca del sistema existente. Debido a la naturaleza sensible de sus escritos, los poetas camuflaron creativamente sus acusaciones en sátiras y alegorías.
A pesar del hecho de que escribían en dos idiomas diferentes, incluso a medida que la poesía tayika comenzó a evolucionar a la par de la cultura persa en el siglo XV, los escritores locales comenzaron a forjar lazos con sus vecinos uzbekos. Un ejemplo de este intercambio de ideas fue la amistad forjada entre el famoso poeta Jami y Alisher Navoi, el poeta uzbeko más renombrado de todos los tiempos. Jami es visto como el último de los poetas clásicos persas de Tayikistán, ya que tan solo unos años tras su muerte, se desarrollaron profundos cambios culturales los cuales llevaron a la literatura tayika hacia una nueva dirección.
Era Tayika
La división religiosa y política entre los sunís y los chiítas a comienzos del siglo XVI trajo cambios monumentales en la literatura tayika, más notablemente un crecimiento y crítica generalizada del orden feudal en los trabajos locales. A medida que crecían diversas ideologías y estilos de escritura, incluso aquellos controversiales, se formó el género de la sátira. Uno de los autores más apreciados de la sátira tayika es Mullah Mushfiki, conocido como un ingenioso héroe de bromas populares y famoso por sus poemas que ridiculizan el orden feudal.
Los trabajos del autor Abdul Bedil de los siglos XVII-XVIII, quien vivía en India, pero escribía en farsi, tuvieron una gran influencia en muchos autores tayikos. Sus trabajos se encuentran plagados de la mística filosofía sufí, la cual dio nacimiento al movimiento literario conocido como “Escuela Bedili” o “Bedilismo”.
En los siglos XVIII-XIX, la actual Tayikistán estaba dividida entre los kanatos de Bujará y Kokand. La rigurosa censura del kanato de Bujará restringió la creatividad, pero en Kokand muchos poetas famosos que escribieron en las lenguas uzbeka y tayika, ayudaron al desarrollo de las sutilezas del Bedilismo.
Influencia Rusa
La segunda mitad del siglo XIX vio el nacimiento de una nueva era en la literatura y poesía tayika. Junto con el resto de Asia Central, Tayikistán fue anexado al Imperio Ruso y consecuentemente absorbió muchos elementos de la cultura rusa. La figura más prominente de esa era fue Ahmad Donish, conocido por su dura crítica a las autoridades locales y su reconocimiento de la necesidad de una educación universal. Otros poetas tayikos prominentes de aquella época incluyen a Vozekh, Sakhbo, Somi y Shokhin.
A comienzos del siglo XX, emergió un movimiento reaccionario de escritores conocido como los Jadids. Las ideologías de los jadids se centraban alrededor de la necesidad de reformas educacionales y el desarrollo de la clase burguesa. Tras el establecimiento del poder soviético en Tayikistán, los escritores jadids se vieron forzados a unirse a la Unión Soviética o huir del país.
Uno de los escritores más amados del siglo XX en Tayikistán fue Sadriddin Ayni (Sadriddin Aini). Inicialmente miembro del movimiento jadid, Aini eventualmente accedió a las ideas defendidas por la Unión Soviética. Conocido como el fundador del realismo en la literatura tayika, también tuvo gran influencia en los círculos científicos y educacionales, participando en expediciones arqueológicas, estudiando la historia de la literatura tayika y poco antes de su muerte, incluso fue nombrado Presidente de la Academia de Ciencias de Tayikistán. Dado a que Sadriddin Ayni nació y creció cerca de Bujará, localizado en la actualidad en Uzbekistán, también escribió parte de su trabajo en uzbeko y en actualmente es altamente admirado en ese país.
A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, la literatura soviética tuvo un profundo impacto en los escritores tayikos, y bajo la influencia del lenguaje ruso en Tayikistán, se desarrollaron nuevos movimientos literarios tales como la dramaturgia. Sin embargo, muchos trabajos locales retienen el clásico estilo narrativo tayiko, llenos de cuentos populares e historias místicas.
Literatura Tayika Contemporánea
Tras ganar la independencia en 1991, el desarrollo de la literatura local permaneció estancado por algunos años, hasta que los autores gradualmente retomaron la escritura en tayiko, ahora la lengua oficial de Tayikistán. Dado a que los escritores tayikos contemporáneos a menudo no pueden afrontar los costos de publicar libros, sus trabajos son comúnmente distribuidos a través de redes sociales y posteados en blogs personales. En la actualidad, se encuentra disponible en el país una amplia variedad de géneros, siendo las más populares las novelas históricas. Gracias a las similitudes entre los lenguajes tayiko, dari y farsi, la literatura y poesía tayika también han ganado seguidores en Afganistán e Irán.