Caza con Águilas en Kirguistán
La caza con águilas doradas en una antigua tradición que data de la conquista mongola de Asia Central, alrededor de los siglos XII y XIII, cuando una elegante águila y un buen caballo valían el mismo precio y ambos daban prestigio a sus dueños.
A pesar de que la práctica en esta área está desapareciendo gradualmente, la caza con aves (en especial con águilas) es aún practicado en ciertas regiones de Kirguistán y Kazajistán. Los occidentales tienden a pensar en este lugar como una halconería, y a pesar de que cazar con halcones existe, los que cazan con águilas lo ven como un pasatiempo de niños.
La caza toma lugar montando un caballo especialmente entrenado, llamado “bercut”. Para permitir a un jinete cabalgar con un águila, se agrega ala montura un objeto especial llamado “baladak”, el cual sostiene el brazo del jinete. Enviado para cazar cervatillos, zorros y otros animales pequeños, el águila se lanza sobre ellos y los mata. A menudo es también capaz de matar jóvenes lobos cuando estos no pueden moverse con facilidad en la profunda nieve. Tal como lo harían en la naturaleza, a veces las águilas cazan en pares.
La estación para la caza con águilas en Kirguistán comienza a fines de otoño y va desde octubre hasta febrero. Una pareja habilidosa, un berkutchi (cazador) y un ave, pueden cazar en una estación de caza normal de 4 meses, alrededor de 50 – 60 zorros, una docena de tejones, algunos linces y 4-5 lobos. Las águilas raramente fallan en atrapar a su presa, la cual matan rápidamente usualmente rompiendo su cuello con sus poderosas garras. Un buen cazador, incluso logra que el ave mate a la presa dejando apenas una pequeña marca en su piel. Entrenar águilas lleva mucho tiempo, alrededor de 3-4 años, debe ser hecho por una solo persona y requiere una atención diaria constante.
La mayoría de las aves, las cuales pueden tener una expectativa de vida de 40 años, son atrapadas jóvenes, encapuchadas y puestas en una jaula que se balancea constantemente, mientras el berkutchi le canta para imprimir el sonido de su voz e impregnar su personalidad en el ave. Más tarde, el ave es capaz de distinguir voces humanas y solo obedecerá a su maestro. El berkutchi alimenta al ave él mismo.
Cuando el ave es casi adulta, el entrenador le muestra los escondites y pieles de los animales que debe cazar, para que se acostumbre a los olores y características de la presa. Todo se realiza con comandos especiales.
El entrenamiento continúa arrastrando la piel de un zorro detrás de un caballo al galope. No todas las aves pueden ser entrenadas, pero aquellas que lo hacen, muestran una lealtad intensa. A pesar de no estar amarradas, siempre regresan tras haber matado a su presa.
Durante los meses de verano las águilas mudan sus plumas y no vuelan. Durante la estación de turismo las demostraciones de este arte son limitadas a mostrar a estas magníficas aves y el vuelo de los pequeños halcones. Las demostraciones pueden ser arregladas en Issyk Kul, en la región Naryn y cerca de Bishkek.